Arte de G.HABA

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Biografia

Felipe García-Haba recibió su bautismo pictórico en 1968 cuando inauguró la Casa de Cultura de Utiel, su lugar de nacimiento, que recibió entusiásticamente a un artista autodidacta, que no aceptó la disciplina curricular de las Facultades de Bellas Artes. Ya desde su juventud tuvo una meta clara: pintar compulsivamente pues sentía la urgencia de hacerlo, y esta dedicación es el fin fundamental de su vida. Y su vocación fue hacia casi todos los géneros: pintura, escultura y dibujo, etc..; no es excluyente, se apoya en todo lo que le ayude a expresarse. Y no fue diletante local, pronto se dio cuenta de que el arte hoy es un lenguaje universal y había que estar al día. Cruzó tempranamente la frontera, y a los diez años de la exposición de Utiel fue presentado en la Galería 3+2 de París (1978). Como otros artistas contemporáneos se lanzó frenéticamente a la conquista de París, y Francia ha venido a ser su segunda patria ya que desde la fecha citada expone en París sin interrupción todos los años hasta hoy; pero también en Bruselas y desde 1989 en Nueva York.

Hizo su presentación en el escenario internacional de París bajo la inspiración subrrealista de las grandes estrellas de este movimiento como Magritte, Delvaux y aun Dalí, por ello decía un crítico galo (A. Bonzy): “su pintura tiene el gran mérito de situarse entre lo real y lo irreal” Ha permanecido fiel a la impronta subrrealista, pero ha sabido sortear los peligros que conlleva sentirse preso de una fórmula a la moda. Liberado de la impronta de tales maestros, hay en sus creaciones actuales una invitación para reflexionar sobre el alma secreta de las cosas y del mundo, pues trata de aprehender ese espíritu que hay en los objetos inanimados: son sus pinturas como ventanas abiertas a un pasado que no quiere olvidar, de ahí ese gusto en la evocación plástica de viejos objetos domésticos arrinconados en el desván de la memoria, por eso aparecen muñecas, cajas de botones, vestidos infantiles, porcelanas, libros manchados, etc., en, los que está presente la huella del tiempo. No es pintura onírica, tiene un tono de realismo insólito, actualizado gracias a sus técnicas mixtas. Su voluntad artística no se detiene ante los materiales más diversos, todo es capaz de asimilarlo con aires de novedad estética: la piedra, el barro, la madera, la resina, el poliéster, el bronce, el cobre, etc., que entremezcla hábilmente en la trama de sus heterodoxas composiciones.

SANTIAGO SEBASTIÁN
Catedrático de la Universidad de Valencia

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